¿Cómo y cuándo podar un olivo? Claves para mejorar la cosecha y la calidad del aceite
En Olivarte, cada botella de aceite de oliva virgen extra ha sido minuciosamente seleccionada en base a su calidad y, sabemos que la poda del olivo es uno de los pilares fundamentales para asegurar la calidad final del aceite.
Al contrario de lo que podemos pensar, podar un olivo es clave en el cuidado de este árbol milenario, ya que no solo ayuda a mantener su forma y salud, sino que también influye directamente en la producción y la calidad de las aceitunas.
Te interesa: ¿Qué es una almazara?
Para los que amamos el campo y el nombre científico olivo, este post va a resultar muy interesante, porque vamos a contar cómo y cuándo podar un olivo, dándote las claves para que crezca fuerte y ofrezca unas aceitunas de calidad excepcional. Como comprobarás, es mucho más que cortar ramas.
¿Por qué es tan importante podar un olivo?
La poda del olivo es esencial para equilibrar el crecimiento vegetativo y la producción del fruto. Y es que, si las ramas y hojas de un olivo crecen demasiado, se desviará su energía hacia el follaje y no hacia las aceitunas, que son lo realmente importante.
Luz y aireación:
Un olivo bien podado permite que la luz del sol penetre hasta el interior de la copa y que el aire circule libremente entre las ramas. Esto es crucial para el desarrollo uniforme de las aceitunas y para prevenir la aparición de enfermedades y plagas.
Equilibrio vegetativo-productivo:
La poda ayuda a equilibrar el crecimiento de las ramas y la producción de frutos. Si el árbol se carga demasiado de ramas improductivas, las aceitunas serán más pequeñas y la calidad del aceite se resentirá.
Facilita la recolección:
Un olivo con una estructura clara y accesible hace que la tarea de cuándo se recoge la aceituna sea mucho más sencilla y eficiente, evitando daños a los frutos que afectarían directamente a la calidad y al estado de las aceitunas y, por tanto, del AOVE.
Calidad del aceite:
Como es obvio, unas aceitunas sanas, bien nutridas y maduradas uniformemente son la base para obtener un aceite de oliva virgen extra de la más alta calidad, como el que cuidadosamente seleccionamos en Olivarte.
Como ves, la poda es un paso esencial en el ciclo de vida del olivo, tan importante como saber cómo cuidar un olivo correctamente para asegurar una buena cosecha.
¿Cuándo podar un olivo?
La pregunta del millón: ¿cuándo podar un olivo?
La respuesta dependerá del clima y de la variedad de olivo, pero, por lo general, el mejor momento para podar un olivo es durante el periodo de parada vegetativa del árbol, es decir, después de la recolección de la aceituna y antes de la floración, que suele ocurrir entre finales de invierno y principios de primavera, aproximadamente, de enero a marzo.
Este momento es ideal porque el árbol está en reposo, la savia circula menos y la cicatrización de los cortes es más favorable. Además, al podar antes de la floración, estamos dirigiendo la energía del árbol hacia el desarrollo de los futuros frutos.
¿Cómo podar un olivo paso a paso?
Observa el árbol:
Antes de empezar a cortar, dedica tiempo a observar el árbol. Trata de identificar las ramas secas, enfermas, cruzadas, chupones (brotes verticales vigorosos que no dan fruto) y las ramas que crecen hacia el interior de la copa, impidiendo la entrada de luz y aire.
Utiliza las herramientas adecuadas:
Un aspecto fundamental es utilizar herramientas de poda limpias, afiladas y desinfectadas para evitar la propagación de enfermedades. Necesitarás tijeras de poda de una mano, tijeras de dos manos (tijeras de pértiga para ramas más altas) y una sierra de mano para las ramas más gruesas.
Elimina lo innecesario:
Tienes que empezar por cortar las ramas secas, enfermas o dañadas. Después, elimina los chupones y las ramas que crecen hacia el interior de la copa, que dificultan la aireación y la entrada de luz.
Abre la copa:
Ahora tienes que abrir el centro de la copa para que la luz llegue a todas las partes del árbol. Para ello, elimina todas las ramas que se cruzan o que están demasiado juntas.
Cuando hayas hecho esto, reduce la densidad de las ramas que darán fruto. ¿Por qué? Porque un exceso de frutos puede llevar a aceitunas más pequeñas y de menor calidad. La clave está en encontrar el equilibrio para que cada rama tenga espacio suficiente.
Cortes limpios:
Realiza cortes limpios y en ángulo, cerca de la yema o de la rama principal, para facilitar la cicatrización y evitar la acumulación de agua.
Poda de formación (en olivos jóvenes):
En los olivos jóvenes, la poda se centra en dar forma al árbol, buscando un tronco principal y unas pocas ramas principales bien distribuidas que formarán la estructura del olivo adulto.
¿Cómo influye la poda del olivo en la calidad del aceite de oliva virgen extra?
Para terminar, hay que dejar claro que una poda del olivo adecuada no solo incrementa la producción de aceitunas, sino que mejora la calidad del fruto. Un olivo bien equilibrado produce aceitunas más uniformes, con mejor maduración y mayor concentración de compuestos beneficiosos, como los polifenoles.
Estos compuestos son responsables del sabor intenso y equilibrado del aceite de oliva virgen extra, así como de las propiedades saludables de este producto, considerado como “oro líquido”.
De hecho, no solo el fruto, sino también la hoja del olivo contiene compuestos con múltiples beneficios. Si te interesa saber más sobre este tema, te invitamos a descubrir las propiedades de la hoja de olivo en nuestro blog. Por ello, una buena poda es el primer paso para garantizar que, cuando llegue el momento de recolectar, las aceitunas estén en su punto óptimo.